Por Delanee Williams
Fue el comienzo de un nuevo año de ministerio. Estaba emocionado de que nuevos profesores se unieran a nuestro equipo. Seguimos las políticas y procedimientos de nuestras iglesias para reclutar nuevos maestros, completaron la capacitación y estaban listos para el nuevo año. En los primeros domingos, noté algo de lo que necesitaba hablar con una maestra. Aunque no era una preocupación inmediata, sabía que era algo que había que abordar para que ella tuviera la mejor experiencia docente.
¿Cómo podría abordarlo con ella? No tenía una amistad establecida a largo plazo y no quería desanimarla en sus primeras semanas de enseñanza. Mientras contemplaba la situación, la idea de programar horarios para reunirme individualmente con nuestros nuevos profesores sonaba como un buen plan. Quería tener una discusión informal y escuchar sobre sus primeras semanas de enseñanza. Me puse en contacto con ellos y programé una hora para reunirme con cada uno de los nuevos profesores. Compartí con ellos cuatro preguntas que me gustaría discutir. Estas son las preguntas que usé cuando me reuní con los profesores:
1. ¿Qué es lo que más te ha gustado de enseñar?
2. ¿Qué desafíos has experimentado mientras enseñas?
3. ¿Qué te hubiera gustado saber antes de empezar a enseñar?
4. ¿Cómo podemos apoyarte mientras enseñas?
Estas preguntas llevaron a ricas conversaciones y una oportunidad no solo de escuchar su experiencia en el aula, sino que también sirvieron como un paso para construir una relación con un nuevo profesor. Me pareció tan útil que comencé a implementar el mismo proceso con todos los nuevos voluntarios. Me proporcionó una vía para aprender y escuchar a los demás. Estas conversaciones me recordaron una perspectiva de un nuevo profesor, que se puede pasar por alto fácilmente.
A través de estas conversaciones, obtuve información valiosa y útil. Descubrí posibles temas de formación. Establecimos una comunicación abierta al comienzo de su tiempo de servicio. Como resultado, los profesores se sintieron más cómodos compartiendo las alegrías de enseñar, expresar preocupaciones y hacer preguntas. Descubrí que este proceso ayudaba a los profesores a sentirse más involucrados en el ministerio y parte del equipo. Sabían que su opinión y sus necesidades importaban. Lo que comenzó como una idea para reeducar a una maestra se convirtió en una de las herramientas más útiles para mí como líder. Te reto a que hagas una prioridad para conectarte y hacer preguntas a tus voluntarios. ¿Qué preguntas añadirías a las anteriores? ¿Qué preguntas serían más beneficiosas para ti?
Delanee Williams se desempeña como especialista en ministerio con Lifeway Kids. Se graduó en la Universidad de Baylor y en el Seminario Teológico Bautista del Suroeste. Delanee ha servido en el ministerio de niños durante más de veinte años y le apasiona desarrollar, equipar y alentar a los líderes.