Por Landry Holmes
Antes de la hora de inicio de la experiencia de mitad de semana de los niños en la iglesia, un par de niños de primaria estaban pasando el rato antes de que llegara el resto de los niños. Estaban involucrados en un juego imaginativo basado en videojuegos antiguos, cuando el más joven de los dos preguntó: «Sr. Landry, ¿usted estuvo en los años 80?». Había tantas respuestas que podría haber dado, como el hecho de que me gradué de la universidad y de la escuela de posgrado, me casé y presencié el nacimiento de nuestro primer hijo en la década de 1980. Sin embargo, simplemente respondí: «Sí». Todo lo que él quería saber era si estaba familiarizado con los videojuegos y las consolas de juegos de la década de 1980 en los que él y su amigo pretendían estar inmersos.
Si bien esta pregunta me hizo sentir más joven de lo que soy, también me impulsó a comenzar a pensar en las diferencias de edad en el ministerio de niños. Si eres de la Generación Z, Millennial, de la Generación X o un Baby boomer, es posible que hayas notado que no solo hay una diferencia de edad entre tú y los niños a los que ministras, sino que también puede haber diferencias de edad leves o amplias entre tú y voluntarios del ministerio de niños, padres y otros líderes de la iglesia.
Las diferencias de edad en realidad pueden ser una bendición. De hecho, muchas sociedades celebran los distintivos generacionales, como lo hizo la iglesia del Nuevo Testamento. Uno de los mejores ejemplos del valor que se les da a las personas de todas las edades es la relación del apóstol Pablo con su protegido Timoteo. El aliento de Pablo a Timoteo para que respete las diferencias de edad puede ayudarnos a saber cómo aprovechar las diferencias de edad para maximizar el ministerio.
1. Ten confianza en tu llamado, sin importar la edad. Mientras se acercaba al final de su vida, Pablo exclamó: «Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe» (2 Tim. 4:6–7). En una carta anterior, Pablo exhortó a Timoteo: «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza» (1 Tim. 4:12).
Si eres un adulto mayor como Pablo, un adulto joven como Timoteo, o en algún punto intermedio, Dios puede usarte en el ministerio de niños para Su gloria.
2. Respeta a tus mayores. Conozco la tentación de pensar que las personas de generaciones mayores no entienden el ministerio de niños hoy. Pueden o no, pero muchos de ellos entienden el evangelio y la importancia de enseñar la Palabra de Dios a los niños. Por lo tanto, escucha a los que te han precedido. Pablo le dice a Timoteo: <<No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza>> (1 Tim. 5:1-2).
3. Mentorea a líderes más jóvenes. Timoteo parece ser solo uno de los aprendices de Pablo. No obstante, Pablo le escribe específicamente a Timoteo cuando dice: «Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia» (2 Tim. 3:10).
Recientemente, alguien me dijo que tenía mucho conocimiento. Para algunos, ese es el código para «Has estado aquí por mucho tiempo». Pienso en ejemplos en la Biblia de cómo Dios usó a personas de edad avanzada, así como a niños, adolescentes y adultos jóvenes. Sí, definitivamente viví en los años 80 y he tenido muchas experiencias en el ministerio de niños. También estoy dispuesto a aprender de mis mayores, así como de los adultos jóvenes, adolescentes y niños. Y esa es la clave para cerrar la brecha de edad de liderazgo en el ministerio de niños.
Landry Holmes es gerente de Estudios Bíblicos Continuos y Asociaciones de Redes de Lifeway Kids, Nashville, TN, y se graduó de la Universidad Howard Payne y del Seminario Teológico Bautista del Suroeste. Es el autor de It’s Worth It: Uncovering How One Week Can Transform Your Church [Vale la pena: Descubre cómo una semana puede transformar tu iglesia], coautor de Every Age, Every Stage: Teaching God’s Truth at Home and Church [Cada edad, cada etapa: Enseña la verdad de Dios en el hogar y la iglesia], y editor general del Diccionario bíblico ilustrado Holman para niños , Landry es un líder de la iglesia, escritor, facilitador de talleres y editor. Enseña a niños en su iglesia en el centro de Tennessee, donde su esposa Janetta es ministra de preescolar. Disfrutan pasar tiempo con sus dos hijos adultos y sus esposas, y mimando a sus cinco nietos.