Por: Kayla Stevens
Nuestra cultura está inmersa en un gran debate sobre la identidad personal. Las conclusiones de ese debate afectarán a nuestros hijos, especialmente a los más pequeños y a los niños en edad preescolar. La identidad personal es la forma en que nos vemos a nosotros mismos; puede fortalecer o fracturar nuestro sentido de pertenencia y comunidad, moldear nuestros valores, influir en nuestra visión del mundo y en nuestro desarrollo social y emocional.
Aunque muchos reconocemos la importancia de conversar sobre identidad, a menudo esperamos hasta la escuela primaria, secundaria o incluso la preparatoria para abordar estos temas con nuestros hijos. Sin embargo, nunca es demasiado temprano para comenzar a hablar con los niños sobre la importancia de la identidad.
Cuando vemos programas cortos con nuestros preescolares o cantamos canciones de películas y listas de reproducción, a menudo encontramos mensajes de identidad incrustados en esas letras. Mensajes como:
- “Tu verdadero yo es lo que más importa”
- “Abraza lo que sientes”
- “Tus defectos son una parte hermosa de quién eres”
Queremos que nuestros niños exploren el mundo con curiosidad y confianza. Tenemos el privilegio de empezar temprano hablando verdades bíblicas simples sobre quiénes son, según Dios. Esto se puede hacer a través de libros, canciones, videos y lecciones en casa. Cuanto más podamos impartir estas verdades simples y memorables, más capaces serán de reconocer mensajes falsos y enfrentarlos con la verdad.
Las verdades de identidad bíblica ayudan a los preescolares a definir y valorar su autoestima. No tienen que descubrir por sí mismos quiénes son o depender de sus deseos. Ya tienen un Dios que ha determinado su valor y dice que es inconmensurable.
Dios conoce a tus hijos a fondo. Conoce su risa, sus pensamientos y su futuro. Él los hace especiales y tiene planes increíbles para ellos.
Hablarles de estas verdades refuerza un valor central de nuestra fe: Dios es quien más importa y eso nos transforma. Él nos ama más de lo que podemos imaginar, nos perdona cuando cometemos errores y siempre está con nosotros, cuidándonos cuando nos lastimamos. Al comprender mejor su identidad, los niños aprenden a conocer y conectarse con Dios, el Creador que los ama. Darles esta base les ayuda a enraizar su identidad en lo que Dios dice de ellos.
También es importante enseñarles a reconocer y aferrarse a estas verdades, ya que esto les ayuda a crear un sentido de pertenencia. Al establecer estos cimientos de fe, puedes recordarles que forman parte de una comunidad construida por Dios. Nunca están solos: Dios está con ellos y les da amigos. Enseñar estas verdades simples ayuda a los niños a sentirse seguros y conectados, tanto con Dios como con quienes los rodean.
Los años de preescolar son un regalo: una etapa de primeros pasos, de crecimiento y cambios, y de impresiones vulnerables. Ahora es un momento increíble para hablarles a nuestros hijos la verdad: verdades bíblicas simples sobre quiénes son porque Dios lo dice. Y cuando surjan mensajes falsos que contradigan estas verdades, los niños estarán preparados porque ya tienen una base firme: saben quiénes son porque saben quién es Dios, quien los creó y los ama.
Sobre la autora:
Kayla Stevens es Editora de Contenido en Lifeway Kids y egresada del Seminario Teológico Bautista del Sureste. Ha servido en ministerios infantiles por más de diez años y tiene una profunda pasión por empoderar a los niños a ser dueños de su fe y crecer en la alegría de Jesús.
