Por Stephen Kendrick y Alex Kendrick
Cada niño es una pequeña obra maestra única, sin duplicados. Cada uno tiene distintas huellas digitales, ritmo cardíaco, ojos y sangre. Incluso los mellizos pueden ser idénticos físicamente, pero muy distintos en su forma de pensar, además de tener diferentes dones. Los niños no solo crecen distintos, sino que nacen distintos.
La educación y las circunstancias influyen grandemente en la vida de los niños, pero la originalidad que ya es parte de ellos muestra un plan brillante. Cada marca de nacimiento, cada rasgo es una señal de diseño divino. Las Escrituras dicen que Dios no solo abre el vientre de la madre para concebir (Génesis 30.22), sino que Él está personalmente involucrado en la formación de sus cuerpos para forma su vida (Salmos 139.13-14). Él dibuja los planos de cada niño y es dueño de los derechos de autor de cada niña.
Pero su trabajo va más allá del género, el tamaño o del color de ojos, su genialidad también forma sus personalidades, sus ventajas y peculiaridades, su andar, su deseo al saltar, su cautela al esperar. Él elige a mano sus preferencias y raciona sus pasiones sanas.
Pero estas no son elecciones hechas al azar, Dios crea a cada niño y a cada niña con un propósito. Él quiere que su poder, su creatividad y su imagen sean únicamente reflejadas en cada alma. Incluso en los inesperados defectos de nacimiento Él es bueno (Juan 9.1-3). Su poder es frecuentemente revelado a través de la debilidad humana, cultivando un carácter más profundo y compasión en sus familias.
La aventura de descubrir
Sus hijos han sido creados con el deseo de ayudar a otros (Efesios 2.10). Dios los lleva a determinados lugares en determinados momentos y los lleva a tener éxito en donde otros no han podido para satisfacer necesidades específicas.
Entonces, cuando considera las maravillas de sus hijos, el amor lo invita a ir en una aventura de descubrimiento. Es bueno preguntar: ¿Cómo están formados? ¿En qué forma son únicos? ¿En quién se están volviendo? ¿Qué hay en ellos que necesita ser descubierto o inspirado?
Seguramente ya ha descubierto que su género y el orden en que nacieron no han sido un accidente. Los hijos y las hijas no necesitarán las mismas enseñanzas. Ellos necesitarán aventuras varoniles, desarrollo de su valor interno y enseñanzas que los ayuden a ser hombres responsables. Ellas necesitan ser amorosamente recordadas de su belleza, fortalecidas y guiadas en cómo conectarse con otros desinteresadamente.
Su primogénito puede que se relacione muy bien con los adultos y que dirija bien, pero necesita aprender que no siempre puede hacer lo que desee. El segundo puede ser más competitivo, y el menor más independiente, pero cada uno debe ser guiado a que usen sus destrezas para el bien.
¿Ya sabe cuál es la capacidad intelectual de sus hijos? Algunos pueden recordar fácilmente palabras y hechos, mientras que otros pueden ser buenos empresarios. Uno puede ser un ingeniero natural, el otro puede ser muy bueno con las amistades y puede resolver problemas personales fácilmente. Unos son meticulosamente mecánicos y otros pueden ser inteligentemente graciosos. Cada uno brillará a su manera y debe ser animado y valorado por sus dones.
Deje que su cariño descubra cómo sus hijos se comunican y cómo perciben el amor. Cada uno debe recibir amor en la misma cantidad, pero de diferente forma. Uno puede que quiera su afecto físico y el otro necesite su tiempo. Observe si su hijo o hija se emociona más cuando es elogiado, servido o cuando recibe un regalo. A medida que descubra lo que llena más a sus hijos, usted puede enfocar su atención y energía más efectivamente en cada uno de ellos.
Afirmación del diseño
La crianza requiere descubrir con una dirección. Es escuchar y aprender cómo cada uno de sus niños piensa, sueña y crece. Es separar los dones que Dios les ha dado de sus intereses temporales. Es observar sus hábitos, protegerlos de sus propias debilidades y ayudarlos a fortalecer sus talentos.
Muchas veces los padres entienden equivocadamente y no guían bien a sus hijos. O son muy estrictos y los fuerzan a convertirse en algo en lo que Dios nunca quiso. Si su hija pequeña es muy buena con el piano, no la presione para que aprenda a tocar la tuba. Si su hijo es muy bueno escribiendo y cantando, no lo fuerce a convertirse en una estrella deportiva. Por el contrario, descubra sus talentos y cultívelos. Acepte y reafirme el diseño de Dios. Riegue y cultive las semillas que Dios ya ha plantado. Así en vez de seguir los sueños de otra persona, ellos madurarán y serán seguros de sí mismos. Mediante su guía, su enfoque y su amor ellos evocarán las palabras del salmista: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado”.
Tome este desafío para padres: Agradezca a Dios por cómo diseñó a sus hijos y después observe cómo cada uno de ellos responde mejor: Al afecto físico, a la afirmación verbal, a pasar tiempo de calidad juntos, a dar regalos o a servir. Si usted sabe la forma que sus hijos prefieren dar y recibir amor, entonces le tomará solo unos minutos comunicarse con ellos en la mejor forma posible.
Stephen Kendrick es el pastor asociado de Sherwood Baptist Church en Albany, GA. Él es el escritor del guión para “Fireproof” y “Courageous”, y también el productor. Junto a su hermano Alex escribió los grandes éxitos de ventas “El desafío del amor” y “La resolución para hombres”. Stephen y su esposa tienen 4 hijos.
Alex Kendrick es el pastor asociado del ministerio de películas de Sherwood Baptist Church. Es también actor, escritor y director de las películas “Fireproof ” y “Courageous”. Él y su esposa, Christina, tienen 6 hijos.