Por Gary Oliver
Pregunta ▶De nuestros cuatros niños, el tercero es una niña de 11 años que se rehúsa a compartir. ¿Cómo podemos ayudarla a aprender el valor de la generosidad y la importancia de compartir?
Respuesta ▼
El compartir es una habilidad muy importante en la vida, la cual impacta todas nuestras relaciones. Los niños aprenden a ser generosos, no por lo que le decimos, pero primordialmente, por nuestras acciones.
En un estudio, el psicólogo J. Philippe Rushton dio a 140 niños de entre 6 y 10 años fichas por ganar un juego. Ellos tenían la opción de quedarse con lo que ganaron, o donarlo a niños pobres. Pero primero ellos debían observar a un profesor jugar el juego ganar y, en una oportunidad actuar de forma egoísta y recibir una clase sobre el valor de ser generoso; y en otra oportunidad, ver al profesor actuando generosamente y recibiendo una charla sobre el egoísmo.Cuando el adulto actuó egoístamente, los niños fueron egoístas, a pesar de que después de ver al adulto ser egoísta recibieron una charla sobre la generosidad.
Cuando el adulto actuó generosamente, los niños actuaron de la misma manera, aun cuando inmediatamente después se les habló del egoísmo positivamente. Lo que se les enseñó en las charlas no tuvo ningún impacto en ellos, pero lo que el adulto hizo marcó toda la diferencia y afectó el comportamiento de los niños.
Deuteronomio 6:6-9 habla de la importancia de vivir la verdad ante nuestros hijos. Santiago 1:22, nos alienta a no solamente escuchar la Palabra de Dios, pero también hacer lo que dice, practicarla y demostrarla. De otra forma, solo nos estamos engañando.
Busque oportunidades para compartir y ser generoso, dé buena propina, ofrezca cumplidos, regale cosas, done su tiempo, atesore un talento. Durante el tiempo de oración en familia, agradezca a Dios por su abundancia y pídale que los guíe a personas a las que puedan bendecir al compartir con ellos y así demuéstreles el gran Dios que servimos.
Busque ejemplos de generosidad y comunión en su matrimonio, familia y comunidad. Tome nota del impacto que hace el que seamos generosos y compartamos. Asegúrese de notar y dejarle saber a su hija cuando ella comparta. No solo reafirme su acción, sino que también complemente su carácter.
Como padres, no podemos ser solo oyentes de la Palabra. Nuestros niños necesitan ver que somos hacedores de la Palabra también.
Gary J. Oliver es el director ejecutivo del Centro para enriquecimiento de relaciones interpersonales, es profesor universitario y de seminario y es autor de más de 20 libros incluyendo Mad About Us: Moving From Anger to Intimacy y Raising Sons and Loving It!