Por Chuck Peters
Dios tiene mucho que decir acerca de nuestros corazones. Tu corazón revela quién eres realmente; tu auténtico yo. Todo lo que haces fluye de tu corazón (Prov. 4:23). Las cosas que atesoras revelan dónde está tu corazón (Mat. 6:21). Jesús dijo que el hombre bueno saca cosas buenas del bien que atesora en su corazón, y el hombre malo saca cosas malas del mal que atesora en su corazón. La boca habla de lo que está lleno el corazón (Luc. 6:45).
Dios ve nuestros corazones. Cuando el profeta Samuel fue a ungir a uno de los hijos de Isaí como el futuro rey de Israel, miró al hijo de Isaí, Eliab, quien era alto, guapo y tenía una apariencia impresionante. Se nos dice en 1 Samuel 16:6 que Samuel pensó: «Ciertamente el ungido de Jehová está aquí delante de Jehová». Pero Dios le dijo a Samuel que no considerara su apariencia ni su altura. Lo que Dios le dijo a Samuel a continuación reveló una verdad profunda e importante acerca de cómo Él ve a las personas, incluidos tú y yo. Dios le dijo a Samuel: «Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón» (1 Sam. 16:7).
Dios conoce nuestros corazones. Isaías 29:13 nos dice: «Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado». Dios no está satisfecho con palabras vacías ni acciones vacías.
Dios prueba nuestros corazones. «Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada» (1 Crón. 29:17). En el Salmo 139:23, David invitó a Dios a escudriñar y examinar su corazón. En el Salmo 51, David clamó al Señor, confesando su pecado y pidiéndole que renovara su espíritu y creara un corazón limpio dentro de él. Dios no solo escudriñó y fortaleció el corazón de David; Él también ve el tuyo. 2 Crónicas 16:9 nos dice que Dios escudriña toda la tierra para encontrar a aquellos cuyos corazones son verdaderamente suyos para que Él pueda fortalecerlos.
Dios quiere nuestros corazones. Cuando se le preguntó cuál era el mayor mandamiento, Jesús repitió las palabras del Shemá de Deuteronomio 6:5: «Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas». Su respuesta está registrada en Mateo 22:37, Marcos 12:30 y Lucas 10:27.
Ezequiel nos dice que Dios está en el negocio de dar a Su pueblo corazones nuevos: «Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne» (Ezeq. 36:26).
Mientras entrenamos a nuestros hijos en los caminos del Señor, no debemos limitarnos a enseñarles hechos bíblicos y entrenarlos para que realicen actos justos. Necesitamos llevarlos al deseo de conocer a Dios desde lo más profundo de su ser interior; amarlo con todo su corazón, toda su alma y todas sus fuerzas para que sean transformados a la imagen y semejanza de Jesús. Todo empieza con nuestros corazones.
Chuck Peters es director de Lifeway Kids. Antes de su papel en Lifeway, Chuck tuvo una carrera prolífica en televisión y producción de videos. Es un productor, director, escritor y talento en pantalla ganador de tres premios Emmy. Chuck, graduado de Columbia Bible College, y su esposa, Cris, han servido en el Ministerio de niños y estudiantes durante muchos años.