Por Ed Stetzer
Como padres, llegará el momento de tener esa última conversación, la que se tiene antes de enviar a su hijo a la universidad, a su carrera profesional, antes de casarse o antes de mudarse. La conversación en cuanto a la universidad puede ser un problema en particular para usted si su hijo o hija se matriculó en una universidad secular.
Muchas universidades están en el proceso de encontrar cómo restringir el ministerio en la universidad. Está claro que algunos lugares de educación superior desean que su campo universitario sea una zona libre de la fe.
Entonces, ¿qué va a hacer usted como un padre que envía a su hijo a un ambiente potencialmente hostil o, incluso, sencillamente un ambiente que está lejos de su influencia? Permítame darle algunas sugerencias que pueden ser útiles al tener esa “última conversación”.
Primero, reconozca que su nuevo estudiante estará expuesto a nuevas ideas. Después de todo, ese es uno de los propósitos de la universidad, desafiar su pensamiento y expandirlo. Muchas de las nuevas ideas, que su hijo no aceptará, serán creencias y maneras de enfrentar la vida. Él o ella podrán encarar diferentes modos de ver la moralidad, los orígenes de la vida y mucho más.
Mi sugerencia sería sencilla. Al enviar a su estudiante, sepa que otros cristianos han luchado con esos mismos asuntos. Es posible que su hijo encuentre cosas que no se han mencionado en las conversaciones de su casa, pero otros han encarado estas mismas preguntas y le pueden ofrecer buenas perspectivas. Ayude a su hijo a saber que simplemente porque usted no comente estos temas no quiere decir que los cristianos sólidos creyentes en la Biblia no hayan pensado en estos y desarrollado respuestas inteligentes.
Segundo, ayude a su nuevo estudiante a reconocer que es normal reconsiderar si la fe suya también se convertirá o no en la fe de él o ella. Reasegúrele a su hijo que él o ella casi seguro se preguntará: “¿Creo en lo que mi iglesia y mis padres me han enseñado?” Dígale a su hijo que usted confía mucho en que al indagar en las Escrituras, él o ella sentirá la motivación de seguir las Escrituras, conocer al Señor y tener una relación personal con Él.
Esto no significa que usted espere que su hijo o hija esté de acuerdo con usted en cada asunto, sino que más bien usted comprende la importancia de una fe de primera mano y no solo la fe que usted le ha pasado a su hijo. Reconozca que los jóvenes adultos luchan con su propia fe y que es posible que ellos lleguen a algunas conclusiones diferentes. Sin embargo, exprésele a su hijo que su esperanza y oración es que las Escrituras y una relación personal con el Señor, le sirvan de guía.
Tercero, recuérdele a su joven adulto que su fe todavía necesita relaciones para crecer. Así que esta es la clave para relacionarse con amistades cristianas tan pronto como sea posible. Esto significa que si él o ella va a una escuela lejana, su nuevo estudiante necesitará encontrar una iglesia local y si es posible, una organización de estudiantes cristianos, aunque se reúnan fuera del campo de la universidad.
No soy de los que creen que la clave es que nosotros solo debamos tener amistades cristianas, solo escuchar música cristiana, solo ir a ver películas cristianas y solo tomar leche de una vaca cristiana. Sin embargo, creo que seríamos ingenuos e imprudentes, como mínimo, si no reconociéramos que las relaciones y los compromisos realmente tienen importancia a medida que los adolescentes pasan por la transición hacia jóvenes adultos. Es importante comprometerse con una cantidad significante de compañeros que están en la misma etapa de la vida y que también creen en el mismo Señor de todo.
Cuarto, deje que su hijo/a le vea a usted haciendo la transición de usted mismo/a. El hecho es este, va a ser difícil para su hijo o hija hacer la transición. Todos sabemos esto, pero tal vez no nos demos cuenta de lo difícil que es para nosotros. Parte de esto es dejar al joven irse sin dejarle libre por completo.
Hay una importante distinción entre los dos. Usted quiere dejar ir, así que su joven adulto ahora puede aprender, crecer, luchar, pero eso no significa que usted lo deja libre. Usted todavía necesita tener esa relación y tener esas conversaciones en cuanto a la fe, las luchas, dudas y preguntas o incertidumbres.
Proverbios 22:6 expresa esto bien: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Los proverbios no son promesas, sino sabiduría proverbial. En esto descansa su esperanza.
Su papel puede cambiar, pero su esperanza y pasión no debe cambiar. Ponga su confianza en el Señor y anímese. Y aunque su hijo o hija tenga que hacer ahora una transición, él o ella todavía tiene una vida para aprender con usted y con el Señor. Tal vez sea difícil, pero con optimismo las “últimas palabras” que usted le diga servirán para animarle de una manera perdurable.
Ed Stetzer es el director ejecutivo de Investigaciones Lifeway, un autor prolífico, y bien conocido como un líder de conferencias y seminario. Ed ha sembrado, revitalizado y pastoreado iglesias, ha preparado pastores y plantadores de iglesia en seis continentes. Tiene dos maestría y dos doctorados, y ha escrito docenas de artículos y libros. Ed también sirve como Pastor líder de Grace Church en Hendersonville, TN.