POR GARy J. OLivER
Pregunta ▶ varios amigos de nuestro hijo adolescente lo han rechazado y su dolor se ha convertido en una amargura y odio que nos preocupa. nosotros lo animamos a que los perdone y siga adelante pero él dice que no puede. ¿Cómo lo podemos ayudar?
Respuesta ▼
No importa la edad que tengamos, el rechazo duele. Ese dolor se puede convertir rápidamente en amargura, resentimiento y enojo. Mientras más nos enfocamos en cómo nos hirieron, más difícil es seguir adelante. En su libro Strong Women, Soft Hearts, Paula Rinehart describe el no perdonar como “un pegamento oscuro que cierra el corazón”, un pegamento que transforma el corazón en una piedra. Pero usted puede guiar a su hijo en el proceso de perdonar.
Permita que su hijo cuente su historia. Déjele que explique cuánto le duele el rechazo y que exprese su enojo y cómo quisiera vengarse de estos amigos. Tenga como objetivo escuchar bien y entender el corazón de su hijo. Después, ayúdelo a entender cómo el perdonar lo podrá ayudar.
Pregunte a su hijo si el no perdonar lo ha ayudado. Pregúntele cómo ha funcionado estar amargado y resentido. ¿Lo ha hecho sentirse mejor? ¿Ha desaparecido el problema? ¿Es más feliz? ¿Mejoró su vida? Lea pasajes como Mateo 5.38- 48 y Colosenses 3.13. Explique cómo se aplican a esta situación.
Ninguno puede darse el lujo de no perdonar. Permanecer amargado y resentido, queriendo vengarse por el dolor causado, demanda mucha energía. Ayude a su hijo a entender que no estar dispuesto a perdonar
puede acosarlo a él y a sus otras relaciones.
Explíquele que perdonar no es algo instantáneo. No es olvidarse, aprobar o descartar la situación. No es negar o pretender que nunca sintió el dolor. Perdonar no significa necesariamente reconciliación, es posible que nunca pase y generalmente lleva mucho tiempo. Perdonar es una elección y un proceso que comienza en el momento de la herida y continúa cada vez que se recuerda. Dios puede ayudarnos a perdonar y, a su vez, esto nos ayuda a despegarnos y seguir adelante. El Dr. Archibald Hart en su libro Adrenaline and Stress, explica que cuando perdonamos, estamos entregando nuestro derecho de herir a alguien que nos hirió a nosotros. Puede ser así de simple.
Ayude a su hijo a entender que perdonar le devolverá el gozo. Le dará más fuerza, más energía y lo ayudará a dormir mejor. Él va a ser más divertido, su ansiedad y hostilidad decrecerán y se va a reír más seguido. Perdonar puede liberar a su hijo de las nubes oscuras de amargura y resentimiento, permitiéndole disfrutar nuevamente de la vida.
Gary J. Oliver es autor de más de 20 libros incluyendo mad About Us: moving from Anger to intimacy y Raising sons and Loving it! Conozca más del ministerio de Gary en liferelationships.com.