En una publicación de blog planteé la pregunta: ¿Deberían los líderes centrarse en las personas o en los resultados? La conclusión fue que el amor de Jesús por nosotros y por los demás nos impulsa a servirle para la gloria de Dios. Cuando hagamos eso, Dios nos usará para lograr Sus resultados.
En otras palabras, cuando nosotros como líderes seguimos a Jesús, Dios nos dirigirá a centrarnos tanto en las personas como en los resultados del ministerio. Entonces, ¿cuáles son algunas formas prácticas de lograr ese equilibrio? Aquí hay algunas sugerencias:
- Concéntrate en Jesús. Está bien, sé que eso suena como la respuesta de la iglesia, pero creo que es verdad. Una forma de centrarnos en Jesús es permaneciendo en la Palabra de Dios. Al hacerlo, confiamos en el Señor con todo nuestro corazón, y no confiamos en nuestra «propia prudencia». (Prov. 3:5-6). La oración es otra forma en que nos enfocamos en Jesús. La Biblia es clara en cuanto a que debemos orar «sin cesar» (1 Tes. 5:17) ¿Cómo podemos esperar que Dios obre a través de nosotros para Su gloria si no estamos en comunicación con Él, a través de Su Hijo Jesús? Además, cuando oramos por otros, Dios a menudo nos guía para ministrarlos. Cuando nos enfocamos en Jesús, Dios ciertamente cumplirá Su voluntad a través de nosotros, incluyendo ministrar a las personas y lograr resultados ministeriales.
- Conoce tu propósito. ¿Qué te está llamando Dios a hacer en el contexto de tu iglesia y comunidad? ¿No estás seguro? Comienza con lo que Jesús ya nos ha dicho que hagamos: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…» (Mat. 28:19-20) De ahí deben surgir todas nuestras metas y planes. De lo contrario, nuestros planes son solo eso: nuestros planes.
- Trabaja a través de otros. Como mencioné en esa otra publicación, Jetro ayudó a Moisés a ver el valor de trabajar a través de otros, usando habilidades organizativas de sentido común. Cuando lo hacemos, empoderamos y equipamos a las personas para realizar el trabajo que Dios les ha llamado a hacer (Ef. 4:12).
- Sigue trabajando. Pablo nos recuerda que «no nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos» (Gál. 6:9) A veces es posible que no logremos los resultados que creemos que deberíamos; sin embargo, en última instancia, Dios es responsable del resultado. Nuestro trabajo es ser fieles.
Las ideas anteriores no son exhaustivas ni son cuatro pasos sencillos para garantizar el éxito. Sin embargo, sí creo que estos consejos representan principios bíblicos. Y creo que la obediencia a la Palabra de Dios, a través de una relación personal con Jesús, es la forma en que logramos un equilibrio entre centrarnos tanto en el pueblo de Dios como en los resultados de Dios.
Landry Holmes es el gerente de Lifeway Kids Ministry Publishing, Nashville, TN. Graduado de la Universidad Howard Payne y del Seminario Teológico Bautista Southwestern, Landry formó parte del personal de la iglesia antes de llegar a Lifeway. Es líder de iglesia, escritor, facilitador de talleres y editor. Landry también enseña a niños en su iglesia en Middle Tennessee. Él y su esposa Janetta son abuelos de tres preciosos nietos.